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Por José Jaime Ruiz

josejaimeruiz@lostubos.com

@ruizjosejaime

Aventuré en este artículo que la delegada del Poder Ejecutivo en Nuevo León, Judith Díaz, conspiraba, a través de Dionisio Herrera, en contra de la candidatura de Clara Luz Flores Carrales a la gubernatura por Morena en el estado. Responsable y amable, Judith precisa:

«No tengo cercanía con Don Mario ni con Bertha ni con nadie del partido, he tratado de no participar ni con grupos ni en lo particular con nadie, la decisión primaria de no participar fue mía, por varias razones y una fundamental es que aquí están muchos actores políticos que tienen participación nacional y no quise enturbiar más las aguas y meter en problemas a quien toma las decisiones en este país.

«Don Mario no me financió, aunque sí me prestó un espacio en su casa porque ahí fue la primera casa de campaña del presidente. Sólo por un pequeño tiempo.

«Estoy agradecida con el Presidente.»

Mario Fernández y Bertha Puga o la risa, ¿remedio infalible?

El destape de Mario Fernández Quiroga para ser el candidato de Morena a la gubernatura de Nuevo León, avalado por Bertha Puga, la disminuida dirigente de Morena en el estado, no es de risa loca, es un remedio falible, dramático y trágico, valgan las esdrújulas. Cada ahogado da patada diferente, así se llamen Guillermina Alvarado, Rafael Zarazúa o Mario Fernández, ¿por qué no asumen la dignidad de Tatiana Clouthier?

Lo cómico (las esdrújulas me persiguen) es la farsa de convocar a una reunión con diputados para hablar en contra de Clara Luz Flores y lanzar la candidatura de Mario, alguien quien ha sido un fiel seguidor de Andrés Manuel López Obrador. ¿Por qué utilizar tan groseramente a un anciano?

Me imagino que, al menos, Julia Espinosa y Marco González pudieran denunciar esta farsa. El asunto, pataleando, es disminuir a Clara Luz. Ese ha sido el trabajo del medinista-morenista Rafael Zarazúa, el de los grupos políticos de Judith Díaz-Dionisio Herrera y ahora de Bertha Puga. No hay que olvidar que Mario Fernández prestó sus oficinas, y tal vez financió, a Judith. No hay que olvidar la cercanía de Guillermina Alvarado con los poderes reales, priistas, de Apodaca.

Clara Luz tendrá que asumir que en la Morenita local no habrá cargada, al contrario, compradas algunas fracciones por los priistas, tendrá fuego “amigo”. Y esto sucede porque las fracciones de Morena ya entendieron que la candidata de “su” partido es Clara Luz. ¿Esas facciones se rebelarán en contra de López Obrador?

Los morenistas-priistas están derrotados, los morenistas-panistas, también. A Andrés Manuel le gusta repetir una frase que le escuchó, probablemente, a Lucas de la Garza, un dicho de las rancherías de Nuevo León: “Anda, compadre, ¿quién patea a un perro muerto?”.

Nadie, aunque pataleen.

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Autor: stafflostubos
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