Por Carlos Chavarría
Salvador Dalí opinaba que no podría vivir en un país más surrealista que sus pinturas y esa expresión le sobrevino al revisar la prensa y reconocer que lo que pasa en México lo lleva por la senda del absurdo y lo exquisitamente antilógico.
Existe una genial anécdota que nos cuenta cómo es que André Breton, el francés considerado como fundador del surrealismo, llegó a la conclusión de que México era el país más surrealista del mundo.
La historia cuenta que en 1938, cuando Breton visitó México y maravillado por la refinada artesanía que distingue al país, quiso encargar a un carpintero local una mesa artesanal. Como sugería el protocolo cartesiano, bocetó la silla que quería, en perspectiva, por lo cual el cuerpo resultante era una especie de rombo descompuesto.
Días después de haber entregado su boceto, Breton recibió una mesa delicada y cuidadosamente manufacturada, bien montada y con un acabado espléndido. Solo que el carpintero mexicano, con plena naturalidad, había mantenido una completa fidelidad al modelo bocetado por el francés, por lo cual la mesa, de tres patas cada una de distinta altura, era más bien un cuerpo amorfo. Pero era una mesa mexicana.
Seguro que México es surrealista. Tenemos que solo en un pequeño espacio de un par de días han ocurrido diversos sucesos que demuestran nuestra vocación por el absurdo, que nosotros siempre le encontramos lógica. Repasemos.
La Biblioteca Vasconcelos, orgullo de dos presidentes panistas acaba de ser convertida en estudio de cine y centro de espectáculos.
El presidente de México está convaleciente del contagio que mucho buscó con su desprecio por las reglas que intentó implantar con bien poca energía a sus gobernados.
Los mexicanos, que por elemental cortesía no le deseamos mal a nadie, acompañamos al presidente y le extendemos todo nuestro apoyo moral. Ese mismo día aparecen 19 cuerpos calcinados en Camargo Tamaulipas y, al parecer, nadie se enteró y para ellos no habrá ni un Ave María.
Por cierto, el secretario de Seguridad de aquel estado lo primero que trató de explicar es que resulta ser un asunto de Nuevo León por aquello de las coordenadas geográficas y las huellas dejadas por los neumáticos que apuntan a la tierra del machacado.
Uno de los hombres más ricos del mundo que le tocó la suerte de nacer y hacer su fortuna en nuestro país se contagia de COVID y lo internan en un hospital público. En simultáneo los hospitales de toda clase anuncian su saturación con la soterrada consigna intimidatoria de “muérase en casa porque no aquí no hay lugar”.
Los medios de comunicación de todo tipo esperaron con ansias el primer contacto de nuestro presidente con el propio y recién electo de los EEUU para corroborar lo que ellos dan por sentado: pleito contra México.
La fiebre electoral ya invadió a todos los rincones de nuestro país. Parece que los partidos tradicionales no se recuperan o no entendieron el descontón que recibieron en 2018 y que les pasó de noche, escogiendo como sus candidatos a personas que sin duda tendrán todo tipo de habilidades, menos experiencia y conocimientos de nuestros problemas y ni siquiera reconocen los problemas de sus franquicias.
Por su parte MORENA, organización que aún el confetti y las serpentinas les nublan la visión, seleccionan candidatos mediante encuestas que no se pueden mostrar y que curiosamente resultan en los personajes más singulares y repudiados por las redes sociales y hasta por sus correligionarios.
Todo ocurre cuando la línea de contagios y muertes por COVID se convierte en exponencial y el encargado de coordinar la lucha contra la pandemia sigue con su letanía de la inmunidad de rebaño y cantifleando para demostrar que todo está bajo control, excepto para los 150,000 fallecidos claro está.
La tan esperanzadora vacunación COVID ahora es un intento desesperado por conseguir el tutifruti que esté disponible, cuando aún no definen la logística detallada para llevar a cabo el proceso.
La no encargada del despacho presidencial Sra. Olga Sánchez Cordero se avienta a dirigir las mañaneras en ausencia del preciso y en las primeras de cambio la desgreñan los presentes.
Un día si y otro también, los mexicanos reciben llamadas de casas encuestadoras de todos los candidatos y se publicitan como ganadores, el mismo presidente ni siquiera aparece despeinado en sus márgenes de aprobación pública.
El crimen organizado le entra al negocio de robo de tanques de oxígeno para llevarlos al mercado negro, porque negocio es negocio y como que ya van viendo qué hacer por aquello de la legalización de la mala hierba.
Si bien el surrealismo es una corriente del arte, México es un mundo absurdo, ilógico, donde la razón no acaba de dominar nuestra realidad.
“El surrealismo es puro automatismo psicológico por medio del cual se pretende expresar verbalmente, por escrito, o de cualquier otro modo, la función actual del pensamiento; el puro fluir del pensamiento sin que la razón ejerza ningún control y fuera de todo prejuicio estético o moral”. // Ludwing Börne