Hace 93 millones de años, tiburones alados nadaban en aguas del Golfo de México. Esta oración que parece ser el inicio de una historia de ciencia ficción, es parte de un estudio reciente publicado en la famosa revista Science en la que se dio a conocer el descubrimiento de un extraño fósil de tiburón con alas en México.
El espécimen, que ha sido denominado ‘Aquilolamna milarcae‘, fue analizado por un equipo internacional de paleontólogos, quienes lograron descubrir una nueva familia de la especie.
“Lo primero que pensé al ver el fósil fue que esta morfología única es totalmente nueva y desconocida entre los tiburones.”
Romain Vullo, paleontólogo
¿Cómo es el tiburón con alas ‘Aquilolamna milarcae’?
Según describe el estudio, el ‘Aquilolamna milarcae‘ parece combinar características tanto de tiburones como de mantarrayas, ya que su cuerpo es largo y en forma de tubo, similar al de muchos tiburones que navegan por los océanos en la actualidad. Además, el fósil cuenta con aletas pectorales extremadamente largas y delgadas, que recuerdan a las mantarrayas y las rayas del diablo, formando amplias alas submarinas.
El espécimen encontrado, de 1.65 metros de largo y 1.90 metros de envergadura, también cuenta con una aleta caudal con un lóbulo superior bien desarrollado, común en la mayoría de los tiburones pelágicos, como el tiburón ballena y el tiburón tigre.
“Aquilolamna puede haber nadado relativamente lentamente con leves movimientos de su aleta caudal [aleta caudal] y las largas aletas pectorales actuaron principalmente como un estabilizador efectivo.”
Romain Vullo, paleontólogo
¿El tiburón con alas pertenece a una nueva familia de su especie?
Los expertos también descubrieron que el tiburón con alas tenía una boca grande y pequeñas estructuras que por su ubicación podrían considerarse dientes.
Sin embargo, los investigadores señalan que el ‘Aquilolamna‘ era más probablemente un alimentador por filtración, que abría la boca para tamizar el plancton y otros organismos pequeños fuera del agua.
Kenshu Shimada, profesor de paleobiología en la Universidad DePaul en Chicago, señaló que la estructura corporal del ‘Aquilolamna’ es completamente inesperado para los tiburones, ya que los más viejos de antes de la época de los dinosaurios tenían una amplia variedad de formas corporales diferentes, pero en el período Cretácico, se pensaba que habían evolucionado hacia formas mucho más modernas. Ante ello, consideró que el tiburón con alas podría ser evidencia de que una amplia variedad de extraños tiburones continuó existiendo durante mucho más tiempo de lo que se pensaba.
«La forma corporal propuesta y el estilo de vida de alimentación por filtración en el nuevo estudio son bastante convincentes.»
Kenshu Shimada
Sin embargo, otros expertos, como la paleontóloga Allison Bronson, no están convencidos de que esta nueva criatura haya sido realmente un tiburón.
«Hay muchas características inusuales descritas por estos autores, y tengo algunas reservas sobre algunas de sus interpretaciones, por lo que estaría emocionado de ver más investigaciones de este nuevo y notable fósil.»
Allison Bronson
Con información de National Geographic y DPA
Fotografía: Nariman Mesharrafa / Unsplash