Por Eloy Garza González.
Actúan los candidatos a gobernador como si todos puntearan en las encuestas. Entonces se cuidan de más. Creen que el juego consiste en no cometer errores; sin arriesgarse, sin correr el mínimo riesgo. Pero en una pandemia tan grave para la salud y la economía local (que ha puesto de cabeza a Nuevo León), tal actitud puede llegar a ser poco responsable.
Por ejemplo, la reacción de los candidatos fue apersonarse a mano limpia, sin equipos ni capacitación previa, en la zona del incendio forestal que asola la Sierra Madre. Más de 300,000 toneladas métricas de dióxido de carbono (CO2) contaminan el aire, lo vuelven altamente tóxico, pero en vez de plantear sistemas púbicos de respuesta rápida, que compensen la absurda desaparición del Fonden, los candidatos prefirieron tomar la ruta de emitir declaraciones vagas sobre el siniestro. Bajos reflejos.
En medio de una pandemia como la actual, las circunstancias cambian día tras día, así que las campañas electorales no pueden planearse en las rodillas y cumplirse by the book. Este es el error principal que cometen los consultores bien pagados de los candidatos en pugna.
La inseguridad pública (otro ejemplo) que ya iba a la baja en Nuevo León, se disparó por la crisis pandémica; por culpa del cierre masivo de pymes (una de cada 4 en la entidad) y el alza de los índices de desempleo.
Los candidatos deberían formular un nuevo Sistema Estatal de Inteligencia, una mejor coordinación entre los C4 y el C5; una reactivación de Fuerza Civil. Sin embargo, prefieren soltar vaguedades, frases intrascendentes que no los comprometan mucho. ¿Queremos candidatos que no se mojen? ¿que se metan al río de puntitas?
Veamos el rubro social. Ningún candidato podrá estar en contra de que se incremente la pensión a los adultos mayores, hasta llegar a los $6,000 pesos bimestrales. Es un buen logro (aunque ignoro por qué tendría que subsidiarse también a la gente con altos ingresos). Pero los candidatos sí deben posicionarse en el sentido de que se etiquetarán $240,000 millones de pesos del presupuesto federal en 2022, hasta llegar a $370, 000 millones en 2023. ¡Todo un reto que pone en riesgo las finanzas del país! ¿Nada qué decir al respecto? ¿Quién le pone el cascabel al gato?