Noticias en Monterrey

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Por Félix Cortés Camarillo

Muchas veces te dije que antes de hacerlo

Había que pensarlo muy bien….

«Para Vivir», Pablo Milanés

Ha muerto en Madrid, a donde se fue a agonizar largamente su leucemia destructiva y a los 79 años Pablo Milanés, mi casi coetáneo en más de un sentido, un poeta y músico cubano de excelencia cuyo nombre unido al de Silvio Rodríguez permanecerán como epónimo de la llamada Nueva Trova.

Al triunfo de la Revolución Cubana, hacia finales de 1969, Alfredo Guevara era quien partía el queso de la cultura en Cuba desde el Instituto del Cine y con el respaldo de la poderosa Haydée Santamaría, que había acompañado a los hermanos Castro desde los meros inicios. Fue Guevara el iniciador de un movimiento musical que enlazara con la trova tradicional cubana del compás de tres por cuatro con el pensamiento de la revolución y su necesidad de difusión. Pablo y Silvio fueron de los iniciadores, aunque Carlos Puebla ya hacía canciones de propaganda política y el negro Nicolás Guillén era un excelente escritor de poemas militantes y todos se unieron al proyecto de Guevara.

Luego vendrían Noel Nicola, músico de primera también y Amaury Pérez, y muchos otros; Silvio y Pablo siguieron siendo la piedra angular. Y así todos le abrieron camino a la nueva trova cubana en el mundo; desde luego en los países de nuestra lengua principalmente.

Hace más de veinte años Pablo Milanés entendió que aquello en que habíamos creído en los años sesenta ya no existía más. Junto con muchos otros que en los años iniciales habíamos marchado y apoyado con fervor a la Revolución Cubana, Milanés entendió que las promesas de Fidel de democracia y justicia se habían diluido y que, como dice una de las más bellas de sus canciones “a esa unión de nosotros, a eso que llaman amor para vivir le hacía falta carne y deseo también”. Para él habían comenzado, como para cada uno de nosotros comenzaron en momentos diferentes, los tiempos de la desilusión y Pablo Milanés murió desilusionado.

Cubano es también Leonardo Padura, autor de “El hombre que amaba los perros”, una excelente novela que, con el pretexto de reconstruir la saga de Jaime Ramón Mercader del Río (o Jacques Mornard, o como se haya llamado), el asesino de Trotsky, hace entre otras cosas un mural excelente de aquellos tiempos de la ilusión de la revolución universal que Trotsky soñó. Pero en el trasfondo, cuenta diferentes historias -seguramente la suya propia entre ellas- de la desilusión progresiva por la que miles de los jóvenes de entonces atravesamos.

Solo puede desilusionarse aquel que tuvo ilusiones, sueños, deseos. Como todos los tuvimos, Milanés los tuvo, los cultivó, los alimentó y los difundió. He visto una de sus últimas entrevistas a una televisora española. Murió triste. Tal vez todos tengamos que morir así.

PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): le cae de madre a todo el que obligado a ir a la marcha de la venganza del domingo no lleve una prenda distintiva en blanco o rosa: a mayor, mejor. Al que viole este llamado le vendré a jalar las patas cuando me muera.

‎felixcortescama@gmail.com

Fuente:

Vía / Autor:

// Félix Cortés Camarillo

Etiquetas:

Compartir:

Autor: stafflostubos
Ver Más