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Metro: Estación Presidencia

Por Félix Cortés Camarillo

Los nuevoleonenses tenemos una gran confusión: ¿será que las aspiraciones del gobernador Samuelito a la presidencia de la República se fueron por el drenaje de las mentiras sobre la solución al problema del abasto del agua, o en el torrente de ilusiones de megamillonarias inversiones extranjeras que presume por doquier? Más bien parece que se diluyeron con la torpe solución a los defectos de diseño, construcción y mantenimiento del metro regiomontano, solución que se redujo a cerrar una decena de estaciones que los miembros de su gabinete nunca han visitado, y al anuncio de rehacer la vía completa.

¿Con qué ojos? Curiosamente, el sistema de transporte que llamamos metro, porque reducir la palabra metropolitano a cinco letras fue cómodo, ha estado en nuestro país íntimamente ligado a las aspiraciones presidenciales.

En 1958 el ingeniero Bernardo Quintana, cuerpo y alma de ICA (Ingenieros Civiles Asociados), le presentó al regente del DF, Ernesto P. Uruchurtu, el primer proyecto del transporte masivo mayormente subterráneo; el llamado Regente de Hierro susurró al oído del presidente Ruiz Cortines, a quien soñaba suceder, la improcedencia de la idea. Tenía a su favor el recuerdo de los daños causados por el temblor de 1957, cuando se cayó el Ángel. ¿Tren subterráneo en suelo sísmico? ¡Ni lo mande Dior!

El sucesor de Ruiz Cortines, Díaz Ordaz, compró el proyecto de Quintana, esta vez aconsejado por Corona del Rosal, que también quería ser presidente, con gran entusiasmo. En abril de 1967 se aprobó la idea, en junio de ese año se iniciaron los trabajos y el 4 de septiembre de 1969 se inauguró la primera línea. Cosas de la prisa mexicana. Esa prisa tuvo el apoyo de un tal Alex Berger, entonces marido de María Félix, quien consiguió el crédito francés para hacer la obra: Mil seiscientos treinta millones de aquellos pesos, que se pagaron en 30 años al 3% de interés.

El 20 de octubre de 1975, a seis años de su inauguración y sobre la calzada de Tlalpan -entre las estaciones Chabacano y Viaducto- se dio el mayor accidente del Metro capitalino hasta ahora. Un tren alcanzó a otro a velocidad de desplazamiento; 31 personas murieron, hubo 70 heridos graves. Ha habido choques en Tacubaya, inundaciones en todas las paradas, se incendió el puesto central de control, amén de otras pequeñeces.

En todos los metros del mundo hay accidentes. Pero la mayoría de los muertos es de aquellos que caen a las vías, de manera accidental, voluntaria o por empujón. Hay quien dice que el Metro de la Ciudad de México ya tiene 53 años y está muy viejito. El Metropolitan Railway de Londres, que usaba locomotoras de vapor y trazó las primeras rutas del hoy llamado Underground o Tube, se hizo en 1863. Cinco años más tarde comenzó a operar el West Side-Yonkers de Nueva
York y el Untergrundbahnn de Berlín hace 120 años. Ninguno de esos sistemas ha sufrido percances de la magnitud del Metro mexicano.

Volvamos a los presidenciables. La línea 12 del Metro capitalino era la línea dorada del entonces gobernador del DF, Marcelo Ebrard (2006-2012), como su plataforma hacia la presidencia; su director financiero, el que manejaba la marmaja era Mario Delgado, hoy mandamás en Morena. La señora Scheinbaum, quien sucedió a Marcelo en la misma oficina, tenía que darle mantenimiento a la línea 12 cuando gobernó la capital. Ella también aspira a la presidencia. El 4 de mayo de 2021, por mal diseño o falta de mantenimiento –nos deben la explicación- la línea 12 del
metro se desplomó en Tláhuac. 26 muertos, cien heridos; la línea sigue sin operar.

¿Estará salado el Metro de la Ciudad de México?

Probablemente sí. El sábado pasado la señora Scheinbaum andaba en campaña de proselitismo presidencial en Morelia. En la línea 3 del Metro, en el túnel entre las estaciones Potrero y La Raza, un sistema de señalización que había sido detectado defectuoso falló, y un tren embistió al que le precedía. Hasta ayer había un muerto, más de sesenta heridos y ninguna explicación.

No, perdón. Los gobernadores de estados del partido Morena sacaron un desplegado elogiando la capacidad de la señora Scheinbaum y acusando de politiquería, un término muy de moda, a quienes piden explicaciones y justicia. Mario Delgado denuncia a los que quieren sacar raja política de la tragedia.

¿Por dónde pasa el tren que lleva a Presidencia?

PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): ¿Hay en la frontera norte quien me pueda decir dónde van a dormir, qué van a comer, en qué sanitarios harán sus necesidades, los mil migrantes al día que México ha aceptado acoger procedentes de la línea fronteriza? ¡Qué bonita reunión trilateral!

‎felixcortescama@gmail.com

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Vía / Autor:

// Félix Cortés Camarillo

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Autor: lostubos
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