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Por Francisco Tijerina Elguezabal

No hay Tijerina malo. // Francisco Tijerina González

“No hay Tijerina malo”, decía con su potente voz “El Comandante” Francisco Tijerina González, mi tocayo-tocayo, dueño único de “La Razón”, periodista de los de antes con el que compartí hasta su muerte nombre y profesión, aunque esto último no le gustara.

La frase me gustaba, hasta que un día me puse a hacer una revisión de todos los Tijerina de mi familia y encontré lo normal, que no todos eran buenos-buenos y que había alguno que otro que si no llegaba, sí se acercaba bastante al lado de los mal portados.

Tijerina hay muchos, la familia es extensa y las ramas más, desde los oriundos en China y Bravo, hasta los de Linares y Los Herreras, aunque también me he topado con algunos en Coahuila.

No haré aquí, para desencanto de algunos y que mis parientes puedan respirar tranquilos, una lista de buenos y malos; podría citar a algunos destacadísimos, pero no quiero cometer el pecado de omitir a alguno y meterme en líos familiares.

Puedo, sí, hablar de mi querido abuelo, el profesor Luis Tijerina Almaguer, maestro, poeta, charro, masón, político y un personaje increíble en la historia de Nuevo León. Su fecunda labor llena de orgullo a su descendencia.

Por ello, encabrita y encanija el que su tocayo-tocayo, el actual alcalde de Los Herreras, ande metido en bretes por su culpa u omisión, por lo que en aras de mantener limpio el nombre de mi abuelo debo pedirle atentamente se aplique y resuelva los entuertos que él o su gente comete.

Resulta que hace unos meses don Luis Tijerina López, alcalde de Los Herreras, organizó el seminario “Intervención, Recuperación y Conservación del Río Pesquería”, en el que tomaron parte alcaldes de varios municipios, diputados, funcionarios federales y especialistas.

Para el efecto, el alcalde de la tierra de “El Piporro” buscó el apoyo de un comunicador que le auxiliase en la convocatoria a medios, la cobertura, difusión y promoción y encontró a un hombre que cumplió su cometido, pero lo hizo prometiendo el pago de publicidad y gacetillas a varios medios, el cual no ha cumplido luego de largo tiempo.

No se sabe a ciencia cierta de quién es la culpa de la falta de pago por los servicios solicitados, si del alcalde o el comunicador. Cuando buscan al periodista para reclamar el cumplimiento no responde, se esconde y cuando llega a contestar culpa a una secretaria del Municipio por el impago.

Don Luis Tijerina López, le ruego atentamente ponga a salvo el nombre de mi abuelo, se encargue de que usted o la persona que contrató cumplan con su promesa y que todos juntos podemos repetir la frase de mi tocayo “Pancho el Malo”, que decía que “No hay Tijerina malo”.

Sé que usted y el incumplido comunicador, pondrán manos a la obra de inmediato.

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Vía / Autor:

// Francisco Tijerina

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Autor: stafflostubos
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