Hosni Mubarak, presidente de Egipto entre 1981 y 2011, murió a la edad de 91 años en un hospital militar mientras se recuperaba de un problema intestinal.
Mubarak gobernó durante tres décadas y renunció por un levantamiento popular que sacudió el país. Fue declarado culpable de complicidad en el asesinato de manifestantes durante la llamada ´Primavera Árabe´.
En 2013 fue absuelto de uno de sus cargos de corrupción y después el tribunal ordenó su liberación en 2017, aunque se le había implicado en la muerte de más de 800 manifestantes durante los levantamientos.
Su gobierno estuvo marcado por permitir arrestos aleatorios, violar los derechos humanos, oprimir a la oposición política y acosar a los fundamentalistas, recuerda el diario Egypt Today.
Antes de ser presidente, Mubarak fue el comandante de la Fuerza Aérea Egipcia. Ascendió al poder tras la muerte del expresidente Anwar al-Sadat, quien lo nombró vicepresidente. Era considerado héroe nacional por participar en la guerra contra Israel en 1973.
Mubarak es el segundo exmandatario egipcio en morir en el último año, después de que Mohamed Morsi muriera tras desmayarse en la corte en junio de 2019.
Morsi había ocupado el cargo tras la salida de Mubarak, como candidato de la Hermandad Musulmana, organización islamista, pero un año después fue derrocado por un golpe militar.
El fallecido este martes llevaba una vida discreta aunque los medios captaron fotografías suyas junto a su familia. La última imagen fue publicada por su nieto, Omar Alla Mubarak, donde aparecía acostado en una cama, en recuperación.